Hace algunos años, allá por los primeros noventa, cuando Aznar comenzaba a engranar su PP, -al que mas tarde tuvimos que aguantar ocho años de gobierno-, un profesor de psicología nos dijo en medio de una clase, “la derecha española, si no toca poder tiende a desintegrarse, porque su propia naturaleza de ambición, les lleva a auto-fagocitarse unos a otros por conseguir su parcela de poder. Su codicia es desmedida y se va haciendo más visible, a la vez que se reducen las posibilidades de alcanzar alguna porción de dominio”. En aquellos años, donde ya veníamos de diez de gobierno socialista, algunos desencantados que veían surgir al Partido Popular como la panacea con cantos de sirena, no creían en lo que aquel viejo profesor nos decía –hubo quien le insultaba por lo bajini- Hoy muchas de las personas que oyeron aquellas palabras y después de esa cierta memoria histórica que da el paso del tiempo, comprueban que el viejo profesor de psicología sabia de lo que hablaba.
Fue por aquellos años, cuando el “líder carismático” de la derecha nacional-ista española, después de utilizar a Castilla y León y a sus ciudadanos como trampolín para auparse a cotas mas altas en su partido, y tras lanzarse sanguinariamente, en unión de aquel denominado sindicato del crimen, contra la yugular de Felipe González, hizo la proclama de la que mas se ha arrepentido en su vida política. “Decir que solo estaría en el gobierno dos legislaturas”. –Aires de grandeza- Tenia tanta ansia por llegar al poder, que hubiera sido capaz de prometer la luna. Agotada la arena del reloj, el que llegó a ser un milagro en si mismo, no tuvo mas remedio que irse –eso si, llorando-.
Pensó y pensó hasta maquinar la forma de seguir siendo el numero uno, el que seguiría moviendo los hilos del poder absoluto. Para ello eligió un sucesor, manejable y cumplidor, creó una fundación de ideas –sus ideas-, y un equipo de fieles para llevarlas a cabo, con los que esperaba gobernar desde el mejor palco del teatro el escenario político por muchos años. Lo tenía todo preparado.

Pensó y pensó hasta maquinar la forma de seguir siendo el numero uno, el que seguiría moviendo los hilos del poder absoluto. Para ello eligió un sucesor, manejable y cumplidor, creó una fundación de ideas –sus ideas-, y un equipo de fieles para llevarlas a cabo, con los que esperaba gobernar desde el mejor palco del teatro el escenario político por muchos años. Lo tenía todo preparado.
No empezó bien la jugada. La sociedad española les había dado la espalda. ¡No era posible!. ¡No podía ser!. ¡Algo había fallado!. ¡El ganador era un iluminado al que nadie podía tomar en serio!........ Había que recomponer las tropas. Solo era un tropiezo y el ejército, aún estaba fuerte para ir contra el enemigo. Dicho y hecho. Solo tenían que armarlo de orgullo casto. Grandes dosis de argumentaciones patrias y un campo de batalla de cuatro años donde volver a ganar el cielo para demostrar que ellos -él- eran los elegidos.

¡¡Mentiras!!, ¡¡Mentiras!! y ¡¡Mas Mentiras!!.

No se da cuenta el Rey Sol que su tiempo de fama ya ha pasado. Que perdió y tuvo que marcharse.
Cuanto sabía el viejo profesor. Les conocía bien. A él no fueron capaces de engañarle.
Mientras tanto en Palencia el ultraconservador Ignacio Cosido, que en la anterior legislatura no dejaba de escribir artículos y hacer declaraciones en línea con la estrategia marcada desde el engranaje Madrileño del PP. No dice nada. Esta callado. Sabe que si habla puede perder el caballo en el que esta montado. Ha sido elegido por Rajoy, pero ¿y si pierde?. No se decide, esta esperando que la marea se calme para tomar partido.
Celinda Sánchez está con….Gallardón, el hombre de las mil y una obras. No para de criticar las obras de Palencia y tiene a su fetiche fundido a un casco.- Hablando de Cascos, ¿Qué habrá sido de este centrista, pescador de campanus?. Es al único que no le da vergüenza decir lo que es. De derechas-
FOTOS: Rajoy Colon - Escolar.net