UN ROTO PARA UN RATO

Fue antes del verano, en una reunión privada en la séptima planta de la sede nacional del Partido Popular, donde el ex del Fondo Monetario Internacional Rodrigo Rato, pidió personalmente a Rajoy la presidencia de la cuarta entidad financiera de España. Dicho y hecho. Rajoy se dispuso al convencimiento de Esperanza Aguirre para situar a Rato al frente de CajaMadrid. Con lo que no contaba Rajoy era la resistencia del clan Madrileño de Espe a la pérdida de poder, ese que llena portadas de periódicos con redes de espías, corruptelas en tramas Gurtelianas, fundescamnes empresariales y demás gestapillos. Rajoy tiene a su lado al clan Gallardón, enfrentado en guerra eterna con el clan Aguirre por el poder en el guateque madrileño. Es mucho lo que está en juego. Cuando se ostenta el control absoluto de la Comunidad, del Ayuntamiento, de los municipios más pudientes, de medios de comunicación, del empresariado, de algunos sindicalistas y de las mentes madrileñas, se hace imprescindible la disposición de un banco, pues el control total hay que digerirlo, y un amo de llaves con adhesión a la causa es fundamental para la supervivencia de los clanes y la tropa.

Y al fin, después de jugarse la partida de cartas, el pastel ha sido repartido. Un reparto donde los consejeros de CajaMadrid no tienen nada que decir, al ser desde el mismísimo centro neurálgico –nacional para la derecha- del primer partido de la oposición, el PP, donde se toman las decisiones de una entidad, de la que se supone tiene intervención pública.

Rodrigo Rato Figaredo ha sido por deseo propio y tregua de otros, el elegido para presidir CajaMadrid. El Ministro de Economía de la era Aznar -la de los dobermans-, continuista de las mejores políticas de Pedro Solbes, que hizo por ley construible la totalidad del suelo, dando pie a la especulación urbanística que tanto daño está haciendo a la economía española y a miles de españoles; el que intensificó de manera desmedida las privatizaciones de telefónica, repsol, endesa, argentaria, aceralia,…. y que tanto beneficiaron a los círculos empresariales más cercanos al PP, haciéndose con las cúpulas de las empresas privatizadas –ej. Telefónica y Endesa-; el mismo que una vez perdidas las elecciones con el PSOE salió disparado a por un puestecito en el FMI aprovechando que aún le quedaban los apoyos neocons americanos, y del cual dimitió, al caerle grande el sillón, no sabiendo que hacer con la crisis que se le venia encima, y después de ser reprendido por la comunidad internacional, en varias ocasiones, por la vagancia de su equipo; capaz de esperar a dimitir del FMI al día que se cumplía el plazo para poder cobrar una pensión vitalicia de 80.000 dólares anuales, y seguidamente fichar por el banco de inversión Lazard, del que se dijo su sueldo rondaría los 3 millones, asesor del banco Santander de Botín con otros 200.000 euros anuales, además de ser presidente del consejo asesor de Criteria, filial de La Caixa, presidir el grupo de trabajo Unespa creadopor la patronal del seguro, y entre otras cosas, ser patrono del Teatro Real por obra y gracia de Esperanza Aguirre. ¿No suena todo esto a los altos ejecutivos de los que todos los días oímos hablar como los culpables de la crisis económica mundial y de los que nos producen nauseas por sus avaricias y sus sueldos desorbitados?. Pues este tipo es quien dirigirá la cuarta entidad financiera de nuestro país por decisión del Partido Popular. Encima, es capaz de hacer un alarde de hipocresía, y decir hace cuatro días que… “No vamos a volver atrás, es necesario cambiar de ideas”…, …"Estas crisis no están generadas por una alta inflación sino por los flujos de capitales y el estallido de burbujas en algunos sectores”…. ¿Este tío nos toma por tontos o directamente intenta reírse de nosotros?

El Gobierno dice no intervenir en el nombramiento del nuevo presidente de CajaMadrid, aunque recomienda que sea un profesional. Bien, Pero no estaría de más que el PSOE y el Gobierno salieran a denunciar el mangoneo al que los ciudadanos atónitos estamos asistiendo. Algo más allá de los simples argumentos con buena voluntad de Tomas Gómez seria lo deseable.
Con la derecha, o se tiene contundencia sin clemencia, o prepárate para salir derrotado.

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