Grave es la crisis que el mundo esta sufriendo por políticas de avaricia, y dura será la cuesta que vamos a tener que recorrer para reconducirlas al camino del que nunca debieron salir, por culpa del neoliberalismo que nos trajeron los ultras del dinero fácil, y ensimismaron a ciudadanos necesitados de bienestar con espejismos de riquezas, para hacer el agosto del siglo o la estafa del milenio.
Un gran éxito el que ha cosechado Zapatero y el PSOE con la Cumbre del G-20 celebrada en el National Building Museum de Washington. El Gobierno socialista ha querido coger el testigo de las políticas escandinavas y ha visto en la crisis neoliberal la oportunidad de ensalzar por todo el mundo los valores de la socialdemocracia. Y vaya si lo ha conseguido. Hasta el mismísimo Bush, ha tenido que hincar la rodilla para ponerse a los pies de las ideas progresistas. Control y regulación, coordinación y compromiso ha pedido Zapatero a todos los países, para con determinación impulsar la reactivación de la economía, utilizando instrumentos de política fiscal que pongan fin a la crisis. Una restructuración del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial que permita anticiparse a los vaivenes económicos y que sean verdaderos supervisores de la economía del mundo. No solo se ha quedado ahí, si no que ha hurgado en el corazón herido del neoliberalismo, dirigiéndose a las empresas privadas y a los ejecutivos que tanto han engordado en estos años de bonanza, recomendando que se regule una nueva política corporativa, que evite los salarios astronómicos y los beneficios injustificados.
La política exterior era el flanco débil del Gobierno Zapatero, al tener a los EE. UU. de Bush y al apóstol Aznar, poniendo la pierna encima de los españoles para que no levantasen cabeza. Hábil ha estado Zapatero en esta mano, jugándose las cartas con los líderes mundiales y dejando al PP con la boca abierta repitiendo una y otra vez aquello de que no teníamos bandera. Fueron ellos –los del Partido Popular- los que no quisieron en su momento pertenecer a este Grupo de veinte países, por considerarse tan superiores, que les resultaba una menudencia, ya que querían entrar directamente en el G-8, a costa de empeñar a los españoles y al apoyo de una guerra.
Bien lo esta haciendo el Gobierno Zapatero. El Fondo Monetario Internacional, el Banco Central Europeo y la Comisión Europea, dicen que España sufrirá, pero que esta bien situada y apoyan las medidas que el Gobierno ha tomado para ayudar a los ciudadanos y a las empresas a salir de la crisis. Los medios de comunicación de todo el mundo alaban el control del sistema bancario español. The Wall Street Journal, The Economist, Financial Times, etc.…, y en sus diferentes artículos, coinciden en que en España, se han acabado las fiestas económicas y los pelotazos urbanísticos –¿Os acordáis de la ley del suelo libre?-, pero que es un país a imitar por las medidas adoptadas para regular la económica, que ha conseguido que su sistema bancario sea de los que menos están sufriendo con la crisis financiera actual.
Si exteriormente va bien, no podemos decir que dentro de nuestras fronteras vaya peor. El aumento del paro es el verdadero quebradero de cabeza que Zapatero tiene que combatir, hasta que los empresarios comiencen a entender que tienen que dar la vuelta al calcetín, e invertir el dinero que se han embolsado en los años del escándalo urbanístico y de sueldos estratosféricos de los ejecutivos. La economía se reactivará y se adaptará a las nuevas formas de hacer riqueza en España. Los precios se irán estabilizando en el que hubieran debido tener, si no fuera por el descontrol acaecido con la entrada del euro, allá por el año 2000. El petróleo baja para adecuar su precio a los tiempos, permitiendo que la inflación este de momento en el 3.6 -bajara mas-. Los Presupuestos Generales del Estado han sido aprobados por mayoría, con el apoyo del PNV y BNG; el resto de partidos, excepto el PP, no los han apoyado en su totalidad, pero siempre están dispuestos a la negociación. Leyes importantes como la de Dependencia, Igualdad, Memoria Histórica, etc.… se van a poder ir desarrollando con estos presupuestos. Al Tribunal Supremo no le queda otra, que decidir de una vez por todas sobre el cumplimiento de la Ley con la asignatura de Educación para la Ciudadanía, si no quiere que se le deje de llamar Supremo para llamarlo “Tirado”, por eso de la tardanza. La lucha contra el terrorismo va viento en popa y a toda vela –Hoy ha caído un ídolo, Txeroki-. La FEMP va entrando en razón sobre los límites de la financiación en los municipios. Las Comunidades Autónomas comienzan a creerse que también son Estado, con responsabilidades incluidas. Las perspectivas electorales en Galicia y País Vasco parecen encaminadas. Las elecciones europeas del año próximo subirá la participación, al darse cuenta los españoles, y gracias a la crisis, que no solo el euro es europeo, y que no da lo mismo mandar allí a neoliberales, que a socialdemócratas.
El España va bien de Aznar se quedó en un milagro de ladrillo sin contenido que solo disfrutaron los amigos. Cuatro años de socialdemocracia han bastado para demostrar al mundo como se deben hacer las cosas. Un año o tal vez año y medio, vamos a tener que aguantar esta crisis que nos trajo el neoliberalismo de la derecha, para seguir construyendo un país del que todos los ciudadanos vamos a disfrutar.
Un gran éxito el que ha cosechado Zapatero y el PSOE con la Cumbre del G-20 celebrada en el National Building Museum de Washington. El Gobierno socialista ha querido coger el testigo de las políticas escandinavas y ha visto en la crisis neoliberal la oportunidad de ensalzar por todo el mundo los valores de la socialdemocracia. Y vaya si lo ha conseguido. Hasta el mismísimo Bush, ha tenido que hincar la rodilla para ponerse a los pies de las ideas progresistas. Control y regulación, coordinación y compromiso ha pedido Zapatero a todos los países, para con determinación impulsar la reactivación de la economía, utilizando instrumentos de política fiscal que pongan fin a la crisis. Una restructuración del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial que permita anticiparse a los vaivenes económicos y que sean verdaderos supervisores de la economía del mundo. No solo se ha quedado ahí, si no que ha hurgado en el corazón herido del neoliberalismo, dirigiéndose a las empresas privadas y a los ejecutivos que tanto han engordado en estos años de bonanza, recomendando que se regule una nueva política corporativa, que evite los salarios astronómicos y los beneficios injustificados.
La política exterior era el flanco débil del Gobierno Zapatero, al tener a los EE. UU. de Bush y al apóstol Aznar, poniendo la pierna encima de los españoles para que no levantasen cabeza. Hábil ha estado Zapatero en esta mano, jugándose las cartas con los líderes mundiales y dejando al PP con la boca abierta repitiendo una y otra vez aquello de que no teníamos bandera. Fueron ellos –los del Partido Popular- los que no quisieron en su momento pertenecer a este Grupo de veinte países, por considerarse tan superiores, que les resultaba una menudencia, ya que querían entrar directamente en el G-8, a costa de empeñar a los españoles y al apoyo de una guerra.
Bien lo esta haciendo el Gobierno Zapatero. El Fondo Monetario Internacional, el Banco Central Europeo y la Comisión Europea, dicen que España sufrirá, pero que esta bien situada y apoyan las medidas que el Gobierno ha tomado para ayudar a los ciudadanos y a las empresas a salir de la crisis. Los medios de comunicación de todo el mundo alaban el control del sistema bancario español. The Wall Street Journal, The Economist, Financial Times, etc.…, y en sus diferentes artículos, coinciden en que en España, se han acabado las fiestas económicas y los pelotazos urbanísticos –¿Os acordáis de la ley del suelo libre?-, pero que es un país a imitar por las medidas adoptadas para regular la económica, que ha conseguido que su sistema bancario sea de los que menos están sufriendo con la crisis financiera actual.
Si exteriormente va bien, no podemos decir que dentro de nuestras fronteras vaya peor. El aumento del paro es el verdadero quebradero de cabeza que Zapatero tiene que combatir, hasta que los empresarios comiencen a entender que tienen que dar la vuelta al calcetín, e invertir el dinero que se han embolsado en los años del escándalo urbanístico y de sueldos estratosféricos de los ejecutivos. La economía se reactivará y se adaptará a las nuevas formas de hacer riqueza en España. Los precios se irán estabilizando en el que hubieran debido tener, si no fuera por el descontrol acaecido con la entrada del euro, allá por el año 2000. El petróleo baja para adecuar su precio a los tiempos, permitiendo que la inflación este de momento en el 3.6 -bajara mas-. Los Presupuestos Generales del Estado han sido aprobados por mayoría, con el apoyo del PNV y BNG; el resto de partidos, excepto el PP, no los han apoyado en su totalidad, pero siempre están dispuestos a la negociación. Leyes importantes como la de Dependencia, Igualdad, Memoria Histórica, etc.… se van a poder ir desarrollando con estos presupuestos. Al Tribunal Supremo no le queda otra, que decidir de una vez por todas sobre el cumplimiento de la Ley con la asignatura de Educación para la Ciudadanía, si no quiere que se le deje de llamar Supremo para llamarlo “Tirado”, por eso de la tardanza. La lucha contra el terrorismo va viento en popa y a toda vela –Hoy ha caído un ídolo, Txeroki-. La FEMP va entrando en razón sobre los límites de la financiación en los municipios. Las Comunidades Autónomas comienzan a creerse que también son Estado, con responsabilidades incluidas. Las perspectivas electorales en Galicia y País Vasco parecen encaminadas. Las elecciones europeas del año próximo subirá la participación, al darse cuenta los españoles, y gracias a la crisis, que no solo el euro es europeo, y que no da lo mismo mandar allí a neoliberales, que a socialdemócratas.
El España va bien de Aznar se quedó en un milagro de ladrillo sin contenido que solo disfrutaron los amigos. Cuatro años de socialdemocracia han bastado para demostrar al mundo como se deben hacer las cosas. Un año o tal vez año y medio, vamos a tener que aguantar esta crisis que nos trajo el neoliberalismo de la derecha, para seguir construyendo un país del que todos los ciudadanos vamos a disfrutar.
FOTOS: El País
No hay comentarios:
Publicar un comentario