En un principio, la remodelación que ha hecho Zapatero en el Gobierno parecía un acto de debilidad por parte del propio Presidente, pero viendo la virulenta respuesta de la derecha hacia los nuevos Ministros y quien les ha nombrado, entiendo que a los neocons españoles les ha hecho daño, verdadero daño, ver de repente a tanto peso pesado en el ejecutivo, por lo que se deduce que Zapatero ha dado en el clavo con su decisión.
No ha habido periódico, radio o televisión conservadora que no haya lanzado sus dardos contra los socialistas por el cambio gubernamental. También los políticos de los dos extremos y los nacionalistas periféricos que siguen rumiando su rencor –parezco Aznar- por no admitir la alternancia, han salido a decir lo malo-malísimo que es Zapatero, al no hacerles caso en sus continuas reivindicaciones con intereses partidistas. Los agentes sociales son los únicos que han puesto el punto de sentido común, tal vez, porque ellos no pueden gobernar.
Todo indica que Chaves, Gabilondo, González-Sinde, Pepe Blanco, Trini y el cambio de Salgado a economía, son un buen refuerzo en estos momentos para el Gobierno. Incluso el giro dado hacia el partido es un acierto, pues nadie mejor que el propio partido para coordinar y saber comunicar la gestión que hace el gobierno de sus propuestas ideológico-electorales.
En Andalucía, Javier Arenas Bocanegra, se ha quedado blanco –nada que no cure unas sesiones de uva- al ver que su dolor de cabeza no se iba, sino que subía mas allá de la nubes en transbordador espacial, dejando en su puesto a un gran político como es Griñán, quien le apeará de la política para siempre. De momento, bien podría dedicar unas horitas a estudiar el funcionamiento institucional de nuestra democracia, para ver si de una vez por todas se entera –junto con todo el PP- de que en España no hay sistema presidencialista y a los presidentes nacionales o autonómicos los eligen los parlamentos respectivos. -¡Cuánto les cuesta aprenderse la Constitución!-.
No ha habido periódico, radio o televisión conservadora que no haya lanzado sus dardos contra los socialistas por el cambio gubernamental. También los políticos de los dos extremos y los nacionalistas periféricos que siguen rumiando su rencor –parezco Aznar- por no admitir la alternancia, han salido a decir lo malo-malísimo que es Zapatero, al no hacerles caso en sus continuas reivindicaciones con intereses partidistas. Los agentes sociales son los únicos que han puesto el punto de sentido común, tal vez, porque ellos no pueden gobernar.
Todo indica que Chaves, Gabilondo, González-Sinde, Pepe Blanco, Trini y el cambio de Salgado a economía, son un buen refuerzo en estos momentos para el Gobierno. Incluso el giro dado hacia el partido es un acierto, pues nadie mejor que el propio partido para coordinar y saber comunicar la gestión que hace el gobierno de sus propuestas ideológico-electorales.
En Andalucía, Javier Arenas Bocanegra, se ha quedado blanco –nada que no cure unas sesiones de uva- al ver que su dolor de cabeza no se iba, sino que subía mas allá de la nubes en transbordador espacial, dejando en su puesto a un gran político como es Griñán, quien le apeará de la política para siempre. De momento, bien podría dedicar unas horitas a estudiar el funcionamiento institucional de nuestra democracia, para ver si de una vez por todas se entera –junto con todo el PP- de que en España no hay sistema presidencialista y a los presidentes nacionales o autonómicos los eligen los parlamentos respectivos. -¡Cuánto les cuesta aprenderse la Constitución!-.
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