No podía dejar pasar mas el tiempo sin hacer mención al gran triunfo del socialismo español en el Parlamento Europeo, llevando la iniciativa de la derrota a ideas que intentan hacer de los trabajadores europeos, meras máquinas de hacer dinero para los adinerados ultraliberales y neocons del viejo continente.
Hace ahora unos seis meses que el PSOE salió a la palestra para decir alto y claro que esta era una directiva retrograda y de semiesclavitud para los ciudadanos de la Unión y que el PSOE iniciaría los contactos necesarios con los socialistas europeos y otros partidos para formar un bloque contra una directiva promovida por gobiernos conservadores, y no dar un paso atrás en derechos que ya se habían consolidado en Europa.
Fue la Secretaria de Relaciones Internacionales del PSOE, Elena Valenciano, en rueda de prensa, la que aseguró que los socialistas no iban a permitir que se dieran pasos atrás con una normativa que rompe con la tradición laboral europea y quiebra principios que ya están establecidos en el Tratado de Lisboa y en la Carta de derechos fundamentales, lanzando el mensaje, de que no era esa la Europa que los socialistas quieren.
El eurodiputado socialista, Alejandro Cercas al igual que el Ministro Corbacho calificaron el texto más del siglo XIX –el siglo de las luces para la derecha: Muchas ganancias, nada de derechos- que del siglo XXI, porque arrojaba a millones de trabajadores a una incertidumbre total y a un horario de trabajos sin garantías y sin límites. Cercas, que consideró al Consejo y a la Comisión como unos ciegos e insensibles al ser responsable de la directiva, expresó su esperanza de contar con el apoyo mayoritario en el Parlamento Europeo para impedir el proyecto.
Hoy el trabajo realizado por este socialista ha sido recompensado al ver como los parlamentarios europeos derrotaban la propuesta que pretendía elevar el máximo del tiempo de trabajo semanal de 48 a 65 horas. A partir de ahora tendrá que seguir trabajando para conseguir una directiva que haga que los ciudadanos europeos lleguen a tener una gran productividad con la mejor calidad laboral, aunque para ello, y parafraseando a Cercas, tengan que vacunar a los europeos que están afectados por el virus del liberalismo y el fatalismo, que ya estamos sufriendo a donde nos están llevando.
También los médicos han visto como el cuello de la camisa se les ensanchaba, y deberán hacer memoria, para que no se les olvide nunca quienes son los que se preocupan por su vida laboral y familiar. No es lo mismo que este el PSOE en el Gobierno, a que sea el PP, y no hay más que ver, lo poco, lo poquiiiiiiiisimo, que se ha preocupado el Partido Popular para que esta directiva no fuera aprobada. De hecho, la han apoyado porque están en la oposición, si estuvieran gobernando hoy estaríamos con unas cuantas horas de más a la espalda.
Hace ahora unos seis meses que el PSOE salió a la palestra para decir alto y claro que esta era una directiva retrograda y de semiesclavitud para los ciudadanos de la Unión y que el PSOE iniciaría los contactos necesarios con los socialistas europeos y otros partidos para formar un bloque contra una directiva promovida por gobiernos conservadores, y no dar un paso atrás en derechos que ya se habían consolidado en Europa.
Fue la Secretaria de Relaciones Internacionales del PSOE, Elena Valenciano, en rueda de prensa, la que aseguró que los socialistas no iban a permitir que se dieran pasos atrás con una normativa que rompe con la tradición laboral europea y quiebra principios que ya están establecidos en el Tratado de Lisboa y en la Carta de derechos fundamentales, lanzando el mensaje, de que no era esa la Europa que los socialistas quieren.
El eurodiputado socialista, Alejandro Cercas al igual que el Ministro Corbacho calificaron el texto más del siglo XIX –el siglo de las luces para la derecha: Muchas ganancias, nada de derechos- que del siglo XXI, porque arrojaba a millones de trabajadores a una incertidumbre total y a un horario de trabajos sin garantías y sin límites. Cercas, que consideró al Consejo y a la Comisión como unos ciegos e insensibles al ser responsable de la directiva, expresó su esperanza de contar con el apoyo mayoritario en el Parlamento Europeo para impedir el proyecto.
Hoy el trabajo realizado por este socialista ha sido recompensado al ver como los parlamentarios europeos derrotaban la propuesta que pretendía elevar el máximo del tiempo de trabajo semanal de 48 a 65 horas. A partir de ahora tendrá que seguir trabajando para conseguir una directiva que haga que los ciudadanos europeos lleguen a tener una gran productividad con la mejor calidad laboral, aunque para ello, y parafraseando a Cercas, tengan que vacunar a los europeos que están afectados por el virus del liberalismo y el fatalismo, que ya estamos sufriendo a donde nos están llevando.
También los médicos han visto como el cuello de la camisa se les ensanchaba, y deberán hacer memoria, para que no se les olvide nunca quienes son los que se preocupan por su vida laboral y familiar. No es lo mismo que este el PSOE en el Gobierno, a que sea el PP, y no hay más que ver, lo poco, lo poquiiiiiiiisimo, que se ha preocupado el Partido Popular para que esta directiva no fuera aprobada. De hecho, la han apoyado porque están en la oposición, si estuvieran gobernando hoy estaríamos con unas cuantas horas de más a la espalda.
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