NINJAS EN CRISIS

Estos días se ha puesto de moda hablar de la crisis Ninja, y todo gracias a que un profesor zaragozano de 75 años y retirado desde hace 15, se ha dedicado a explicar en un blog y de forma que todos entendemos, que es eso, de la crisis inmobiliaria de las famosas “subprime´s” o hipotecas basura que nos ha venido importada de EEUU.

Es simple. Este hombre, que diariamente mira la prensa económica, realiza un análisis, limitándose a copiar eso que lee en los diarios y ponerlo en orden, exponiéndolo con ejemplos cotidianos y comentarios entendibles para el resto de los mortales, y así poder comprender como se ha llegado a la gran estafa del siglo XXI.- y solo estamos empezándolo-. Imagino que las empresas que editan prensa económica, harán una gran penitencia, con fusta incluida, por esta humillación, pues tienen mucho que aprender de un jubilado de 75 años, que en su blog llegó a tener 7.000 visitas de un golpe y ya lleva mas de 165.000 por la red. Han demostrado que no tienen idea de por donde van los tiros sobre como se debe informar a la gente y cual es la demanda que el público requiere para informarse. Ya pueden gastarse el dinero en Universidades americanas o europeas, Masters prestigiosos, curriculums apoteósicos, cursos de verano o seminarios varios, que lo simple, cuando es bueno, dos veces bueno.

Su visión es muy sencillita y todos la sabíamos, aunque nadie quería creérsela: “algún día la burbuja inmobiliaria va a estallar”. Cuantas veces hemos dicho u oído esto cuando estábamos viendo que los pisos subían el 18% anual, que viviendas de cuarenta, cincuenta o cien millones de pesetas se vendían como churros, que la gente se hipotecaba para cuarenta, cincuenta o mas años con cuotas desorbitadas, que junto la casa también había que comprarse el coche todo terreno e ir de vacaciones al Caribe, que los bancos daban los créditos como el que va a por agua al río y casi sin mirar cual era la condición económica del solicitante. ¿Es que alguien creía que las grúas crecían solas por las ciudades?. ¿Alguien pensó que los tipos de interés no subirían en los cuarenta o cincuenta años por los que había firmado la hipoteca cuando ya estaban por los suelos?. ¿O es que había algun ingenuo que creia que los bancos le iban a pagar el piso si ha el no le llegaba?. A estos clientes, Leopoldo Abadía, los denomina "ninjas" (no income, no jobs, no assets), es decir, sin ingresos, sin empleo fijo y sin propiedades.

Cuando leí la palabra Ninja para denominar a la crisis pensé que era por sus medidos movimientos y su capacidad de destrucción, o que para resolverla se iba a necesitar unos medios financieros muy precisos e hilar muy fino para salir a flote. Pero no. Cual fue mi sorpresa cuando veo que se refiere a los Ninjas, como todas aquellas personas que han sido utilizadas para hacer multimillonarios a muchos ejecutivos financieros –magos de las finanzas-, a empresarios sin escrúpulos y a oportunistas usureros que siempre están al acecho esperando su oportunidad. Estos ninjas son los que de una forma o de otra van a pagar la crisis. Leopoldo Abadía fecha el inicio de la crisis en el año 2001, poco tiempo después de que los republicanos neocons americanos con W. Bush y Dick Cheney a la cabeza alcanzaran la casa blanca, y ocho años después estamos donde estamos. Aquí en España comenzamos dos años antes, en 1998 cuando gobernaba el PP, con la liberalización de suelo, que hizo que muchos constructores –y quien no lo era- se lanzaran a comprar suelo esperando una recalificación. Ahí empezó nuestra crisis Ninja, en la que tuvimos que aguantar que nos dijeran que “si la vivienda sube mucho de precio es porque la gente puede pagarla”. Aun hoy Rajoy y Pizarro siguen exigiendo más liberalización del suelo. A partir de 2004 las subidas de la vivienda comenzaron a disminuir en años sucesivos, hasta llegar a bajar –como esta ocurriendo en la actualidad-. Abadia dice que España esta mejor preparada que otros países europeos para aguantar la crisis, aunque yo discrepo de sus medidas para resolverla.
Seguiremos leyendo la prensa, para ver que sucede. O para ver si han aprendido a explicárnoslo

P.D. “Nadie da duros a cuatro pesetas”